Ojalá te mueras

Cuando una relación está resultando invivible, no es extraño desear que el otro desaparezca. Sin embargo, esta no es la solución: primero, porque es imposible que se esfume como si nada; segundo, porque aun haciéndolo quedaría su historia y por último porque no se pueden evitar las heridas. La salida es sanar el vínculo, aceptar y seguir adelante. ¿Has deseado esto alguna vez?

Independencia

Estamos celebrando un año más del Grito de Independencia de Quito y voy a hacer una analogía entre los procesos de emancipación hispanoamericanos con las relaciones de dependencia emocional. Para poder tener vínculos sólidos, fuertes y saludables necesitamos ir del apego al amor. ¿Has declarado tu independencia?

Obras son amores

En términos objetivos, el amor se demuestra con obras; en lo subjetivo no siempre sentimos que los hechos demuestren amor. Conviene entender que debemos separar las personas de sus actos para poder amar a las personas de manera incondicional y valorar los actos en tanto son buenos o malos. ¿Amas a las personas o las juzgas por sus actos?

Las peleas en el matrimonio

No es extraño que se mida la solidez y la salud de un matrimonio por el número de discusiones que tienen. Una pareja no es más estable por pelear menos, sino por discutir mejor. Conocimiento, aceptación, respeto… amor. Si la pelea no es una batalla campal, sino una oportunidad de aprendizaje, vamos por buen camino. ¿Cómo discutes con tu pareja?

Corazones solitarios

Cuando uno lee los mensajes que se ponen en los medios buscando pareja, puede pensar que se trata de personas desesperadas. Sin embargo, tal vez no lo son tanto. Simplemente, el amor propio y las relaciones con los demás pueden estar lastimadas y se busque quien las sane. Hay que recordar que nadie nos hace felices, somos nosotros quienes buscamos la felicidad. ¿Te sientes parte del club de los corazones solitarios?

Rindámonos al amor

Luego de hablar en el artículo anterior sobre que el amor todo lo vence, ahora terminemos de analizar la frase de Virgilio y hablemos del sometimiento al poder del amor. Porque el amor no nos enceguece ante los malos actos del otro, sino que nos permite verlo como un ser en construcción, como nosotros mismos, y buscar lo mejor de la relación cada día. Reflejar el amor de Dios, incondicional, hacia los demás y hacia nosotros mismos, para poder crecer. ¿Amas al otro o al ideal del otro?

Cariño y carreteras

Si hemos vivido en el pasado con vacíos afectivos, podemos conformarnos con una relación que solo nos dè cariño y no nos haga daño. Como cuando comparamos gobiernos que percibimos que no nos dieron nada con el que nos dio carreteras. ¿Te contentas con las sobras?

Mi miedo al error

El miedo nos paraliza, y cuando hemos aprendido a evitar el dolor y huir del fracaso, sumado esto a la inseguridad sobre nuestras capacidades, nos autoboicoteamos y no llegamos a meter el gol. Aprender sobre la realidad exterior e interior, a saber lo que tenemos para ofrecer, nos permite arriesgarnos cuando corresponde. El mayor riesgo es el amor, pero también el mayor premio. ¿Te detiene el miedo al fracaso?

Incomunicado

Cuando no nos sentimos comprendidos, valorados, tendemos a creer que estamos solos, sentirnos incomunicados. Si bien la comunicación es una herramienta para fortalecer las relaciones, hay que saberla usar correctamente. ¿Cuántas veces te has sentido incomprendido?

Hay que arriesgarse

En la vida corremos riesgos, pero no hay que verlos con miedo, sino con optimismo y esperanza, dentro de un sentido de vida. Se trata de salir transformados, sea cual sea el resultado de esa decisión que tomamos asumiendo el riesgo. Y no hay mayor riesgo que aquel que asumimos en nuestras relaciones, porque podemos salir muy heridos. Sin embargo, vale la pena. ¿Cuál es el mayor riesgo que has corrido?