Ojalá te mueras

Cuando una relación está resultando invivible, no es extraño desear que el otro desaparezca. Sin embargo, esta no es la solución: primero, porque es imposible que se esfume como si nada; segundo, porque aun haciéndolo quedaría su historia y por último porque no se pueden evitar las heridas. La salida es sanar el vínculo, aceptar y seguir adelante. ¿Has deseado esto alguna vez?