Mi miedo al error

El miedo nos paraliza, y cuando hemos aprendido a evitar el dolor y huir del fracaso, sumado esto a la inseguridad sobre nuestras capacidades, nos autoboicoteamos y no llegamos a meter el gol. Aprender sobre la realidad exterior e interior, a saber lo que tenemos para ofrecer, nos permite arriesgarnos cuando corresponde. El mayor riesgo es el amor, pero también el mayor premio. ¿Te detiene el miedo al fracaso?

Saltar al vacío

Sea por el complejo de Jonás o el miedo al gol, no damos saltos de fe. Le tenemos miedo a nuestra propia grandeza, porque no creemos en las capacidades que tenemos para cumplir nuestra misión, ni en Aquel que nos las dio. Confiemos y saltemos al vacío.